In a move sparking significant debate, former President Donald Trump has proposed transferring the whole population of Gaza to other nations as a possible remedy for the persistent issues in the area. This suggestion, put forward during a discussion with Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu at the White House, has been met with strong disapproval from global aid specialists and human rights defenders, who caution that this plan could worsen the already critical humanitarian conditions affecting Palestinians.
Trump’s remarks outlined a concept for creating what he termed “various domains” in other nations to accommodate the 1.8 million residents of Gaza. He asserted that this would halt the “death and destruction” in the area, emphasizing that Palestinians would only depart from Gaza if provided with a viable option. The proposal has ignited extensive debate, with numerous critics calling it unfeasible and a breach of international regulations.
Persistent humanitarian issues in Gaza
Gaza’s ongoing humanitarian crisis
As stated by global organizations, the situation in Gaza has reached extraordinary levels. The World Health Organization (WHO) notes that of the 36 hospitals and 11 field hospitals in the area, merely seven are fully operational, situated in central or southern Gaza. The others are either partially operating or entirely out of service due to damage and insufficient resources. This breakdown of the healthcare system has left more than 111,000 injured people, in addition to newborns, expectant mothers, cancer patients, and those with chronic illnesses, without sufficient medical care.
Omar Shakir, the Israel and Palestine Director at Human Rights Watch, highlighted the critical need to tackle these healthcare deficiencies. Shakir stated, “Priority should be given to reconstructing Gaza’s health infrastructure and delivering medical support locally.” He further mentioned that relocating the population would fail to resolve the underlying issues of the crisis and might risk access to crucial care for at-risk groups.
Relocation as a possible risk
Displacement as a potential threat
Experts argue that forcibly relocating Gaza’s population would likely worsen the humanitarian crisis rather than resolve it. Annelle Sheline, a research fellow at the Quincy Institute for Responsible Statecraft, criticized the proposal as a misguided attempt to reframe displacement as a humanitarian solution. Sheline pointed out that such a plan disregards the rights of Palestinians to return to their homes and rebuild their lives within Gaza.
El desplazamiento también plantea serias preocupaciones legales y éticas. El derecho internacional prohíbe la remoción forzada permanente de poblaciones civiles. Además, los expertos advierten que trasladar a los residentes de Gaza a entornos desconocidos podría causar inestabilidad a largo plazo y agravar aún más las vulnerabilidades existentes, como la desnutrición y la falta de acceso a agua potable.
Escasez de alimentos y agua
La inseguridad alimentaria sigue siendo uno de los problemas más urgentes de Gaza. Un informe de la Iniciativa de Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria, respaldada por las Naciones Unidas, subrayó el continuo riesgo de hambruna en la región. El informe clasificó los niveles de inseguridad alimentaria de Gaza como una “emergencia” y pronosticó que los casos de malnutrición aguda podrían superar los 60,000 para abril de 2025. Aunque Israel se ha comprometido a aumentar el número de camiones de ayuda que entran en Gaza bajo un acuerdo de alto el fuego, las organizaciones humanitarias señalan que entregar ayuda es complicado debido a carreteras dañadas y artefactos explosivos sin detonar.
La escasez de agua es otra preocupación crucial. Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, el 70% de la infraestructura de agua vital en Gaza ha sido dañada o destruida durante el conflicto. Muchos residentes dependen ahora de suministros de agua limitados e inseguros, lo que agrava aún más los riesgos de salud que enfrentan.
Shakir destacó que aumentar la ayuda y reparar la infraestructura de Gaza debe ser la prioridad inmediata. “Reconstruir los sistemas de agua y electricidad es fundamental,” afirmó. “Mover a las personas a otro lugar no garantiza mejores condiciones y corre el riesgo de replicar los mismos problemas en otro sitio.”
Preocupaciones sobre campos de refugiados a largo plazo
Concerns over long-term refugee camps
Critics of Trump’s relocation proposal have raised alarms about the potential establishment of long-term refugee camps. Sheline pointed to comments from Jared Kushner, Trump’s son-in-law and former senior advisor, suggesting the possibility of relocating Gazans to the Negev desert in southern Israel. Sheline likened this vision to creating a permanent refugee camp, noting that such conditions would likely be far worse than those that existed in Gaza before the war.
La necesidad de soluciones sostenibles
Los expertos coinciden en que la única vía viable para avanzar implica abordar las causas fundamentales de la crisis en Gaza y apoyar a su población dentro del territorio. Esto incluye proporcionar ayuda humanitaria inmediata, reconstruir la infraestructura crítica y garantizar que los palestinos cuenten con los recursos necesarios para recuperarse y reconstruir sus comunidades.
“El verdadero enfoque debe estar en salvar vidas y ofrecer soluciones a largo plazo dentro de Gaza”, enfatizó Shakir. “Esto significa permitir la entrada de profesionales médicos y trabajadores humanitarios en la zona, aumentar las entregas de ayuda e invertir en proyectos que restituyan servicios esenciales como la atención médica, el agua y la electricidad”.
Sheline compartió esta opinión, argumentando que el desplazamiento solo trasladaría la crisis a otro lugar sin resolver los problemas subyacentes. “No se trata solo de satisfacer necesidades básicas”, indicó. “Los palestinos merecen la oportunidad de reconstruir sus hogares, sus comunidades y su futuro en su propia tierra”.
Reacción internacional a la propuesta
Las declaraciones de Trump han recibido una condena generalizada de la comunidad internacional. Organizaciones de derechos humanos y expertos en política exterior han calificado el plan como poco realista e inhumano, advirtiendo que establece un precedente peligroso para abordar crisis humanitarias. Muchos han instado al gobierno estadounidense a centrarse en apoyar los esfuerzos para estabilizar Gaza y abordar las necesidades inmediatas de su población.
Además, la propuesta de Trump ha generado inquietudes sobre las implicaciones más amplias del desplazamiento forzado. Los críticos sostienen que este enfoque subestima el derecho internacional y podría provocar más inestabilidad en una región ya volátil.
Additionally, Trump’s proposal has sparked concerns about the broader implications of forced displacement. Critics argue that such an approach undermines international law and could lead to further instability in an already volatile region.